No es el momento de incidir en el “nosotros ya lo dijimos”, sino de aprender de los errores y apoyar a nuestra industria en su recuperación.
Llevamos años cerrando fábricas en España y externalizando la producción, y hoy vivimos las consecuencias de haber perdido nuestra autonomía en ciertos sectores. Esto no solo ha hecho que se ralentice la llegada de suministros y nos veamos debilitados como país y como sociedad, sino que también desfavorece a nuestra economía.
Si hay algo que debemos aprender de las consecuencias que estamos sufriendo por causa del Covid-19, sin duda alguna, tiene que ver con la necesidad de establecer políticas acertadas para fortalecer la INDUSTRIA en España.
Porque cuando una industria es competitiva y está diversificada, y además abarca sectores relevantes, de alto valor añadido y/o de carácter estratégico, aporta autonomía productiva al país y fortalece la economía. Porque en tiempos de crisis, los países que disponen de este músculo tienen más capacidad para proveerse a sí mismos y depender, en menor medida, de países externos, que primarán siempre sus economías y a sus ciudadanos, como es normal.
Por lo que es esencial conocer a nuestra industria y saber identificar a aquellas empresas españolas que son fabricantes dentro del territorio nacional, que disponen de fábricas y de personal cualificado, y que compiten por hacerse un hueco en los mercados internacionales, además de hacerlo en el mercado nacional.
He aquí la principal razón por la que nuestra industria está tan debilitada en ciertos sectores: La deslocalización de la producción.
Pero a esta pérdida provocada por la desaparición de fábricas en España, se une otro problema añadido, como es el mal uso del etiquetado “made in spain” por empresas que no fabrican en España.
A día de hoy, existe una gran cantidad de empresas que comercializan sus productos con el etiquetado “fabricado en España”, que no disponen ni de maquinaria ni de instalaciones capaces de fabricar ni uno solo de sus productos, ni tampoco cuentan con proveedores en España que les fabriquen dichos productos. Esto supone, no solo un engaño al consumidor, y una pérdida indiscutible en la imagen de fiabilidad que nuestro país debe transmitir al exterior y a sí mismo, sino también un mazazo a aquellas empresas que sí son realmente honestas. Estas últimas son fabricantes que sobreviven y compiten en un mercado global, pero que no pueden aprovechar al 100% sus herramientas de diferenciación, como es en este caso el origen de fabricación, porque otras están haciendo un mal uso del etiquetado.
En este sentido los ciudadanos tenemos un papel fundamental a la hora de decidir qué productos comprar, escogiendo aquellos que nos ofrecen una información correcta sobre el origen de fabricación, y apostar, a ser posible, por aquellos que nos garanticen su origen español.
Para nada pretendemos con esto que se apoye a aquellas empresas que no trabajen bien, que no cuiden a su cliente o que no ofrezcan buenos productos, sería un gran error promover el apoyo a marcas o empresas únicamente por el hecho de ser españolas; evidentemente debemos elegir siempre a aquellas marcas o productos trabajados desde la eficacia, y que son resultado de un trabajo bien hecho.
Esperamos que, tras la dura batalla que España protagoniza, junto a otros países, para vencer a la pandemia, todos hayamos aprendido la lección, gobiernos, empresas y ciudadanos, y empecemos a apoyar y a visibilizar a las empresas españolas y a exigir un mayor apoyo por parte de los distintos gobiernos a la industria, favoreciendo una fiscalidad más flexible y atractiva, entre otras medidas, para atraer inversiones que permitan forjar una gran industria dentro de nuestras fronteras; porque de nada sirve un sector servicios potente sin una industria que crezca en paralelo, y que puedan complementarse mutuamente para construir una economía más sólida y preparada para las posibles crisis que, con total seguridad, vendrán en un futuro.
A su vez, debemos transmitir a las PYMES la necesidad de trabajar para aumentar su tamaño, para tener más capacidad de producción, de innovación, de talento en el capital humano y mayor capacidad de inversión en tecnología.
Sabemos que las consecuencias para muchas firmas serán catastróficas, pero también sabemos de qué están hechas las empresas de nuestro país, y sabemos que volverán a levantarse. Sabemos que lo harán con mucho tesón y mucho trabajo, con valentía, con responsabilidad y con la inestimable labor de todas las personas que las componen. Gente con talento y generosidad, que hacen de nuestro país, un país excepcional y único, porque es en estas situaciones, como la que vivimos actualmente, cuando España muestra lo mejor de sí misma.
Estamos orgullosos de nuestra industria y de los ciudadanos españoles que están demostrando una solidaridad encomiable y sabemos que unidos lograremos salir de esta situación reforzados.