LAS STARTUPS, LA INDUSTRIA Y LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS
ENCONTRAR EL EQUILIBRIO ES CLAVE PARA NUESTRO FUTURO.
No dejo de cuestionarme desde hace tiempo la deriva de nuestra economía. Ciertas señales nos indican que existe una burbuja en los “emprendedores intangibles” que desarrollan servicios de internet, informáticos o digitales. Son sectores realmente importantes, pero deberíamos motivar también otros modelos de negocio que ayuden a equilibrar la balanza.
Estando convencido de que la tecnología y el sector de las TIC guiarán y protagonizarán nuestro futuro, quiero poner de relieve la importancia que tiene para el mercado y la estabilidad del mismo, saber compaginar las empresas de servicios con las empresas productivas o industrializadas, que siempre aportan solidez y realidad a la economía, además de empleo de personal cualificado en muy diversos ámbitos y, por supuesto, productos reales que siempre van a ser demandados, y que ayudan a tejer una imagen de país consolidada, atractiva y competitiva. Una marca de país construida de manera sutil y elegante, a través de nuestra industria.
La tecnología de la información y de las comunicaciones, y la industria, son dos sectores que se necesitan y se complementan a la perfección, por ello no debemos permitir el abandono de ninguno de ellos, ya que ambos son decisivos para poder ser competitivos en un mercado global y en constante cambio como en el que vivimos. Un mercado donde la calidad, la unidad, el origen, los recursos humanos bien gestionados, la cualificación, la innovación y la transparencia deben ser el principal argumento para el correcto posicionamiento de nuestras empresas y de nuestro país.
El papel de España debe de ser propio, incisivo y con carácter. Debemos asumir nuevas metas, debemos ir por delante en las ideas y en las acciones. También debemos consolidar el papel de nuestras PYMES en el mundo, tanto las productivas como las de servicios, ambas deben compenetrarse y aprovechar las sinergias que existen.
España debe de ser un referente y ahora tenemos la oportunidad. No nos dejemos llevar por modas, no caigamos en la inversión fácil y no busquemos solamente el retorno rápido. Debemos tener amplitud de miras y asumir de una vez el papel que nos corresponde.
Seamos transgresores, lideremos un cambio progresivo, tranquilo, trabajado desde la base, con una visión a largo plazo pero determinante en la economía mundial. Consigamos que nuestra industria sea un ejemplo de innovación, de respeto con su entorno y de adaptabilidad; y que nuestra economía sea un ejemplo de sostenibilidad, de dinamismo, de capacidad de cambio, de valores y de liderazgo.
Javier García-Inés Alcalde, director ejecutivo en OEC