No todos los países sufren las consecuencias de las crisis de la misma forma. Nadie duda de la relación directa que existe entre los países que cuentan con una industria competitiva, diversificada y de alto valor añadido, con una mayor resistencia a los efectos provocados por las crisis y las turbulencias económicas que se producen en el escenario actual a nivel mundial.
Igualmente, a nadie se le puede escapar que aquellos países con una industria disminuida, sin un alto valor añadido y sin fuertes inversiones en I+D+I, son propensos a aguantar muy mal las envestidas de la crisis y suelen ser, en general, países con una fuerte dependencia y una economía muy frágil.
Tampoco se nos debería escapar cómo países con una marca de país consolidada a nivel industrial o productivo, penetran mejor en los mercados internacionales, al posicionar o asociar su país – industria a distintos conceptos como la calidad, la experiencia, la elegancia, el diseño, etc. Por lo tanto, la industria sigue siendo, a día de hoy, un pilar fundamental en el crecimiento económico de cualquier país, y por ello, en España deberíamos cuidarla especialmente, porque sin ella, seríamos un país reducido a la nada, dependiente de la importación de productos provenientes de otros países.
Por otro lado, la industria debe reinventarse constantemente e invertir en nuevos desarrollos de producto, diversificando sus unidades estratégicas de negocio y disminuyendo de esta forma la dependencia excesiva a un sector concreto o a una serie de productos similares, permitiendo penetrar en nuevos mercados, que cuenten con nuevos potenciales clientes, y que puedan generar, a medio-largo plazo, mayores ingresos a las empresas.
Un buen ejemplo podemos verlo en el caso de la juguetera Injusa. Según fuentes de Expansión, la industria juguetera invierte 1,3 millones de euros en Loboo, una marca exclusivamente para mascotas.
El motivo es claro. La industria juguetera se ha visto afectada durante los últimos años por los bajos índices de natalidad. Una industria que también ha sido marcada por el auge de los productos tecnológicos, a edades cada vez más prematuras.
Ante esta situación, Injusa, después de un proceso de análisis e investigación, ha encontrado la oportunidad para diversificarse y disminuir su excesiva dependencia al sector del juguete, que es su principal mercado, aprovechando sus modernos recursos productivos y su capital humano, formado por grandes profesionales con muchos años de experiencia, para abrirse a un nuevo mercado con la marca Loboo, especializada en mascotas. De hecho, llevan ya unos meses trabajando en el diseño de trasportines para perros y gatos.
Tenemos un gran reto por delante, difícil, pero que cada vez es más posible gracias al Proyecto OEC y a Origen Certificado, a las empresas certificadas y a todos los consumidores y empresas que lo apoyan y lo demandan. La industria debe ser nuestro presente y nuestro futuro, pero se debe invertir en ella, debe ser moderna, transparente, eficiente, innovadora y sostenible.